Una tarde de verano

diciembre 7, 2009 · Archivado en Tierras de León · Tagged León, Monasterio de Gradefes

Monumento vivo

Como tantas otras tardes, aquel verano fui a Gradefes, pero esta vez fuimos mi hermano, mi abuela y yo. ¿A qué fuimos? a visitar a Amor, y ¿quién es Amor? Amor es una anciana monjita que lleva ya algunas décadas entre aquellas paredes cargadas de historias humanas y no tan humanas; Amor vive en el Monasterio de Santa María la Real de Gradefes.

El Monasterio de Gradefes es un monumento vivo, lleno de religiosidad silenciosa, silenciosa y viva, como los campos que rodean sus tierras en invierno. Es un lugar al que siempre había querido entrar, pero nunca se me había ocurrido la excusa hasta que mi abuela comentó que le gustaría ir a visitar a una monja de clausura que conocía allí, así que aquella tarde del mes de agosto entramos y la visitamos.

Recuerdo claramente el silencio y la tranquilidad que se respira entre aquellos muros, y curiosamente, la calidez del ambiente, que no me resultó tan frío como había esperado.

Entramos y nos atendió una voz que se dirigía a nosotros a través del torno de madera que nos separaba de ella, le comentamos el motivo de la visita, y en seguida nos hizo pasar. Seguimos sus instrucciones y aparecimos en una pequeña sala dividida por una verja, y poco tiempo después apareció Amor.

Allí estuvimos conversando un ratito con ella, y mi abuela y Amor hablaban de tiempos pasados y de gente que había poblado sus vidas con sus idas y venidas, con sus sonrisas y lágrimas y con vivencias que dejaron huella en su existir y que, de alguna manera siguen dejando huella en los que venimos detrás.

Fue una tarde de esas que, con el paso de los años, uno aprende a recordar de una manera entrañable: mi abuela, mi hermano, una monja de notoria experiencia, los muros y vidrieras como escenario, y yo, ya formando parte de la historia de uno de los monasterios cistercienses más importantes del mundo, y como no podia ser menos, orgullosa de saber que es una excepción dentro de los edificios cistercienses femeninos, ya que es uno de los pocos edificios monásticos con girola, cosa que sólo tienen otros seis monasterios, todos masculinos, entre ellos, el de Poblet.

Santa María de Gradefes, monasterio, monumento, historia, religión, repostería, costura, austeridad…

Monasterio de Gradefes, fe, esperanza y caridad.