Redescubriendo

En la ribera del Esla

Villacidayo, la belleza sencilla de lo natural

Cada vez que visito aquellas tierras me gusta descubrir nuevos parajes, nuevos aspectos, nuevas historias… y me gusta contemplar viejos rincones que narran historias de antiguos amores, algunos ya se fueron, otros quedaron grabados para siempre en el corazón, para que, si algún día sufren el infortunio de borrarse de la mente, queden por siempre resguardados del olvido en él.

Villacidayo, o Cavite, como muchos lo conocemos, es uno de esos viejos nuevos lugares que me gusta visitar y redescubrir en cada visita. Redescubrir como cuando vuelvo a caminar sus calles y llego hasta el caño, bebo un sorbo de agua fresca y encuentro frente a mí su antigua escuela, reconvertida, con mucha gracia, en el Museo Etnográfico de la ribera.

El museo resguarda del frío y la intemperie los artilugios que fueron protagonistas de una vida dura y laboriosa, en la que de verdad se conseguía el pan con el sudor de la frente, y así, son testigos de excepción la guadaña y el rastrillo, los platos y cucharones, las madreñas y tinajas, haciéndose compañía unos a otros para curiosidad del visitante.

Al salir del museo, hay una callecita a mano izquierda que te lleva por un senderito, lleno de encanto, y a medida que te vas dejando embaucar por su simplicidad natural envuelta de verde, un olor denota la presencia cercana de animales, y es que, un escuadrón de vacas tienen su cuadra no muy lejos de allí, y allí pasan el invierno resguardadas, comiendo, llenando sus estómagos, hinchando sus ubres de la rica leche que llegará a nuestras casas en forma de tetrabrik o botella, y… quién sabe,  tal vez hablando con Gustavo, puedas conseguir un sorbito recién ordeñado… ¡qué rico!

Volviendo al pueblo, al otro lado, está su iglesia, que como el pueblo, es pequeña y acogedora, sencilla, como la auténtica religión, la que dice que lo importante está en el corazón, en el alma, en la belleza de lo que no se ve a simple vista.

Y rodeada de tradición y costumbre vive Gloria, con sus preciosos ojos azules, siempre amable, dispuesta a ofrecerte un pedazo de bizcocho recién hecho cada vez que vas a visitarla.

Villacidayo, el pequeño Villacidayo, el gran Villacidayo, si alguna vez pasáis por la antigua Ruta Vadiniense no olvidéis hacer un alto en el camino y recorrer sus rinconcitos. Lo disfrutaréis.

18 respuestas so far »

  1. 1

    Geysa said,

    Cuando tú escribes me viene a mente un escenario, es como leer un libro… sí, sí, tienes discurso literario… debías añadir en tu proyecto profesional publicar un libro sobre Léon… ya has empezado! 🙂

  2. 2

    patrichueck said,

    Gracias, Geysa, lo tendré en cuenta.

  3. 3

    luisa said,

    Gracias Patri por tus encantadoras líneas, haces que todo sea mas maravilloso de lo que ya lo es y que me sienta mucho mas orgullosa de pertenecer a este pequeño, pero grande, pueblo de León. No se si lo recordarás, pero escondido detrás del pueblo,cerca de la ladera del monte, se esconde otro caño con aguas cristalinas del que también puedes pegar unos sorbitos…
    Sigue así con tu blog, es encantador leer tus publicaciones y descubrir muchos rincones de nuestra tierra…

  4. 4

    patrichueck said,

    Todo un placer descubrir las maravillas de la tierra leonesa al mundo entero.

  5. 5

    ruben said,

    Qué familiar suena todo, quiza porque está tan cerca de mi pueblo, y lo conozco con mucho detalle, pero al leerlo haces que se sienta mucho mas cercano. Muy bonito!

    • 6

      patrichueck said,

      Es que es un lugar muy cercano, está ahí al lado, en León, tan sólo unos kilómetros nos separan de él, y la distancia no sólo se mide en metros, también se mide en tiempo, así que tan sólo minutos nos separan de él.

      La luna está lejos, ¿León? León está cerca.

  6. 9

    Carlos said,

    Podría formar parte del futuro Portal Turístico de Villacidayo…

  7. 10

    patrichueck said,

    Con estas líneas quiero agradecer a Saray Ubón Burón por la bonita fotografía que ilustra este relato sobre Villacidayo.

    Tu pueblo es muy bonito, ojalá mucha gente pueda llegar a descubrir lo que yo un día descubrí.

  8. 11

    Geysa said,

    quedó muy bien la foto, Patri.. da alas a imaginación… siga poniendo las fotos… es más atractivo! besitos, «preciosa»

  9. 12

    […] penas dos kilómetros separan Villacidayo de Villanófar, la distancia suficiente para poder ver un automóvil acercarse en la oscuridad de […]

  10. 13

    […] de aquí y allá, amigos de Astorga, Vanidodes y Castrillo de los Polvazares, amigos de Cifuentes, Villacidayo y Valdealiso, […]

  11. 14

    […] un sabor que me transporta al horno de Gloria, a la maravilla de Astorga, al sabor de la leche recién ordeñada cuando mojo en ella la dulzura […]

  12. 15

    […] dejando tras de mí Gradefes, remonto río arriba por la margen derecha, atravesando Villanofar, Villacidayo, Carbajal, Santibáñez, Pesquera y Modino, donde cruzo un pequeño puente que me lleva hasta la […]

  13. 16

    […] volveremos a divisar, recorriendo los senderos celestiales desde la atalaya terrestre de tu querido Villacidayo, en la tierra maravillosa de Mi mágico […]

  14. 17

    […] En mi Cifuentes de Rueda, en Cavite, en Santibáñez… en Mi mágico […]

  15. 18

    […] Redescubrir esa pequeña iglesia desde dentro, con sus años y sus achaques, pero tan sencilla como bella, como el sentimiento, aunque sean pocas las almas que la visiten, ¿acaso importa? […]


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