Con el sabor eterno de las mantecadas y las roscas de sartén, aparece la imagen nítida y sonriente de la dama de las bienvenidas… una sonrisa se dibuja en el rostro y las lágrimas escapan desde las profundidades del corazón…
Tras aquella puerta, tras aquella ventana que da a la cocina, o a la carretera, según se mire, siempre hubo unas palabras amables y cariñosas, curiosas, agradables, y unas sillas, y un escaño sobre el que descansar las preocupaciones y disfrutar de la sensación maravillosa de estar en familia.
En aquella pequeña tierra a la vera del Esla, en aquel pequeño pueblo que algunos llaman Villacidayo y otros damos en llamar Cavite, siempre hubo una mirada azul como el cielo, llena de ternura, de bondad, y de esa sencillez entrañable que hace de la tranquilidad, su manera de vivir.
Ojos, tus preciosos ojos azules que ninguno sacó, ¿verdad?…
Sonrío, sonrío porque la inmensidad del cielo, la profundidad del mar, siempre estuvo en la intensidad de tu mirada, y allí, en lo profundo, en lo escondido, en lo secreto, donde se guardan las verdades absolutas, donde se reconocen los errores, donde se esconden los temores, las pasiones y las cuentas pendientes, allí, siempre estarás tú, adornando los senderos de la misma vida que has adornado con tu presencia.
Siempre estarás en los copos de nieve cayendo sobre los montes; en cada mariposa surcando los campos, en primavera, en verano; en las cigüeñas llegando por San Blas, en las estrellas recorriendo el firmamento…
Aquellas mismas estrellas en las que ahora moras, las que, como antes, como ahora, como siempre, iluminan los sueños en la oscuridad del firmamento, aquellas que volveremos a divisar, recorriendo los senderos celestiales desde la atalaya terrestre de tu querido Villacidayo, en la tierra maravillosa de Mi mágico León.
Patrichueck said,
julio 24, 2013 @ 5:28 pm
Una imagen vale más que mil palabras. Un rincón de Cavite, una tarde cualquiera de este mismo verano, una muchacha paseando, y el cariño de una mirada, reflejado en el paisaje de la foto de Luisa.
Con el mayor de los cariños, a Gloria, mi querida Gloria.
Elena said,
julio 24, 2013 @ 9:41 pm
Que bonito Patry, eso exactamente era Gloria. La vamos a echar de menos.
Manolo Reguero said,
julio 28, 2013 @ 9:30 am
Patri, creo que no te conozco y digo creo porque es imposible que describas así a mi tía Gloria y no nos conozcamos. Si la perfección existe, ahí está tu precioso relato y los recuerdos…………por siempre.
Mari mar said,
febrero 4, 2014 @ 3:59 pm
Gracias por estas palabras tan bonitas dedicadas a mi madre.Así era ella todo bondad y generosidad.Es muy tierno todo lo que dices y como lo expresas….me has hecho llorar pero no importa ..muchas gracias Patricia
Ahí | Mi mágico León Blog said,
marzo 20, 2014 @ 10:28 pm
[…] estar vivo, la alegría de compartir, la alegría de saber que, por más tiempo que pase, León, mi León, mi Mágico León, siempre estará ahí: […]
Intenso | Mi mágico León Blog said,
mayo 7, 2014 @ 8:55 pm
[…] de los sonidos del campo y sus fragancias, y notar que hay cosas que no pasan, momentos que saben a gloria, corazones que siguen latiendo más allá de la misma vida, y sensaciones eternas que siguen siendo […]
Magia de pueblo | Mi mágico León Blog said,
noviembre 15, 2015 @ 8:45 pm
[…] cargados del frío de una noche limpia y bella que se acerca a los pueblos, y en breve, le toca a Villacidayo, tan sencillo, tan pacífico, tan lleno de buenas vibraciones, de recuerdos con aromas a bizcochos […]
Momentos personales | Mi mágico León Blog said,
noviembre 26, 2015 @ 9:13 pm
[…] vacas, aunque no haya mares salados en sus tierras, ni boñigas en sus calles… en mi querido Villacidayo, el de las mantecadas, los bizcochos, y los anocheceres con sabor a […]
Decisiones | Mi mágico León Blog said,
mayo 29, 2016 @ 9:13 pm
[…] ¿Será cosa de la primavera? A veces toca decidir: decidir arriesgar, mantenerse, decidir ser apasionado, o tal vez racional, decidir… En realidad, siempre toca decidir: a veces de forma consciente, otras de manera inconsciente, pero al fin, siempre toca decantarse por una opción u otra, u otra más, el mundo es tan grande, la vida tan corta, y hay tantas posibilidades… Y, por una vez, decidir darse una tregua, como el frío una mañana de invierno, ¿por qué no? si él puede dejarse llevar y calentarse al cobijo del astro rey, seguro que se puede, de vez en cuando, ir un poco en contra de la inercia que marca la vida, y permitirse algún capricho… Caprichos, como las abejas recolectando polen, como las gotas de rocío acariciando la hierba, como las flores inundando las ramas… Decidir conectar con un mismo y alinear alma, mente y corazón; ser honesto con los anhelos y enamorarse de los aromas y los colores pintando pétalos; y disfrutar… Caminar tranquilamente, sin agobios, sin prisa, por el lugar donde el aire se encalleja, y escuchar, a la dama de la familia, hablar del convento, y decidir… Decidir vivir, decidir respirar y sonreír, decidir sentirse protegida, al abrigo de la primavera, en la compañía de Villacidayo, el pueblo en el que, el cariño, sabe a Gloria. […]