Archive for May, 2023

Sin raíl

Mi mágico León: pedacito de mi huerta en Cifuentes de Rueda. León.
Próxima parada…

Hoy me he puesto a pensar. No lo esperaba, pero así ha sido.

Me he puesto a pensar en ti, que sigues tan y tan dentro de mí, y… ¿sabes qué? Que te sigo echando de menos. Mucho. Muchísimo.

Hoy me he puesto a pensar en ti porque sigues guiando mis pasos con tus palabras cariñosas y esa sabiduría tan de pueblo, tan de ciudad, tan llena de astucia y trabajo, mucho trabajo, y reflexión, aprendizaje y valentía, porque hay que tener valor para escuchar la voz de una niña mayor que te dice las cosas claras en un mezcla de honestidad y arrojo, sin calcular mucho las consecuencias, con la confianza de saberse en lo cierto.

Hoy me he puesto a pensar en ti, porque me escucho repitiendo tus palabras en el sonido de mi voz, porque la vida te pone personas en el camino y, ¡oh, sorpresa! algunas tienen la sangre del Reino corriendo por sus venas, y hay sintonía, como sucede con la gente buena, que no entiende de edades y diferencias para querer y dejarse querer.

Y así, cual tren de larga distancia, recorrer la geografía de la vida, disfrutando de las alegrías, atravesando las tristezas; camino a la próxima estación con la sonrisa en los labios y la franqueza en la mirada, con el alma limpia y las ganas llenas, regresando una y otra vez al maravilloso y mágico León, a la huerta y el manzano, a la cocina de horno que sigue en pie, abrazándome con su presencia por el simple hecho de estar ahí.

Mi querido y mágico León… donde los pájaros llenan el cielo de sintonías y las flores pueblan los frutales.

Y así, cual tren de mercancías, lleno de frescura y picardía, inteligencia, ternura y creatividad, así, dibuja su camino el galán colibrí, reflexionando y sorprendiéndose a cada aleteo, descubriéndose y saboreando el polen que no esperaba.

Así, cual locomotora cargada de sueños, cual florecilla silvestre en primavera, sigue la niña guapa que tanto te quiere, y te querrá, porque…

Sin ti, no existiría la magia que anida en Cifuentes.

Sin ti no habría el aroma de Mi mágico León.

Y, sin ti, mi querido gran amor, no pensaría en el Shangai y el hollín del carbón entrando por la ventana en aquellos túneles eternos.

Sin ti, mi querido gran amor, no recordaría que, aunque a veces lo bueno tarde, también llega.

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