Archive for julio, 2012

De tu nieta

Mi mágico León: Iglesia de Cifuentes de Rueda, en la provincia de León.

Siempre estarás

Se fue como se van las nubes una mañana de verano, con el infinito azul del cielo adornando el paisaje de su viaje, suave, despacio, con ese sabor agridulce que dejan los buenos momentos cuando se van, así se fue.

Se fue la dama de la mente clara y los recuerdos eternos, donde las décadas dejaban anclada su esencia y las sensaciones y vivencias pasaban de su boca a mis oídos, escurriéndose por los senderos del cuerpo y el alma hasta la cabeza y el corazón.

Cifuentes, sus tierras, sus gentes, dijeron adiós con la solemnidad callada y serena de quien rinde homenaje a una vida larga llena de padres, hijos, nietos y biznietos, de amores que se fueron y otros que quedaron, de siestas en el escaño, sopas de ajo, patatas fritas de las que gustan a todos y esos caramelos que siempre andaban por el bolso del mandil.

Se fue y en mi mente resonaron los versos de aquella procesión en Semana Santa, por las calles del pueblo, cantando un Via Crucis convertido en Rosario, agolpando los recuerdos en la boca del estómago, donde las palabras habían desaparecido, y el llanto resbalaba por las mejillas sin que los párpados tuvieran que cerrarse.

Aquella tarde, el mismo cielo se tiñó de nubes espesas pintadas de gris para luego llenarse de estrellas, en un firmamento tan eterno como siempre.

Nació un nuevo día cargado de luz, y vestido de tonalidades oscuras, y me prometí que le dedicaría un relato en éste, Mi mágico León, del que ella siempre formará parte, y ahora, como esa mariposa, como ese viento que mece las ramas de los chopos, como los atardeceres eternos y la luna y las estrellas, ahora, seguirá cargando de magia sus paisajes y secretos, sus rincones y momentos con la misma sencillez discreta de una sonrisa, una mirada, o una palabra amable que sólo te desea que la vida te sonría.

A mi abuela Sela, con un amor más grande del que cabe en las palabras.

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