Archive for abril, 2011

Ganas de correr

Mi mágico León: prado de lumbre en Filiel, en la Maragatería, en León. Turismo rural. Naturaleza pura y limpia.

Corriendo con alas

Tengo ganas de correr.

Tengo ganas de correr, ¿me acompañas? ¡Venga! ¡acompáñame!

¿El cuerpo no te deja? Bueno, acompáñame entonces con la mente, y con el corazón, nunca olvides al corazón, que hace menos ruido que la mente, pero sin él serías alguien triste, muy triste, porque las personas tenemos mente, corazón… ¡y alma! tampoco te olvides del alma, que puede tocar las estrellas sin moverse de la tierra, dejarse acariciar por las luces del atardecer, bailar con los sueños al son de las serenatas nocturnas, y sonreír cuando todo parece perdido.

Tengo ganas de correr, como una niña, ¿por qué no? ¿parecerá que estoy loca? ¿y qué? ¡loca como los niños! ¡bendita locura!

Correr, sentir a la Madre Tierra viva bajo mis pies, respirando en cada pétalo, en cada brizna de esperanza convertida en hierba, la fortaleza de ese árbol que aguantó estoicamente el invierno y ahora renace en primavera.

Quiero empezar a correr y olvidarme de los caminos marcados, marcar mi propio camino con los senderos de la ilusión y el convencimiento de que puedo, de que no hay imposibles que no puedan convertirse en posibles, porque sé, siento, intuyo que si creo, sí confío, puedo.

¿Ya? ¿terminaste la carrera? ¿cansado? ¿cansada? Apuesto que acalorado pero feliz, ¿verdad? ¡qué sensación! Y… ¿sabes qué? Sigue, despacio, mirando hacia abajo para recoger esa florecilla amarilla que asoma entre el verdor; mirando hacia arriba para contemplar la forma indefinida de las nubes, y sintiendo el viento revoltoso chocando contra tus mejillas, (te quiere hacer sonrojar, y tal vez lo consiga, ¿será que le gustas?)

Camina siempre, disfruta de la travesía, sonríe muy a menudo, y nunca dejes de soñar.

Porque tienes toda una vida para hacerlo y paisajes maravillosos que disfrutar en este mundo, en Europa, en España, en León, en Filiel

Por todo esto y mucho más… ¡Sé feliz!

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Luz

Mi mágico León: la luz del cielo se abre paso entre las nubes para iluminar la Quebrantada en Castro y Vegas del Condado. León. Turismo rural.

La luz se abre paso entre las tinieblas

Era de noche. Una noche silenciosa, mucho, tanto que el brillo de las estrellas en la lejanía parecía oírse en medio de la oscuridad.

Era una noche triste y oscura. Triste…

La resaca del dolor mantenía la mente aturdida, el corazón acongojado, la piel dolía, los ojos se debatían entre la sequedad de una lágrimas que ya no sabían caer, y la tristeza de una desesperanza amarga…

No entiendo nada… ¿Por qué, Señor?

Era una noche oscura en la Tierra, luminosa en el cielo, desolada en los corazones, esperanzada en un corazón…

Aquella noche, aquel corazón de Madre supo que la Luz volvía a iluminar la esperanza, que en en la profundidad fría y sepulcral de aquella piedra, había vuelto a la vida el brillo inmenso de un amor que jamás podré entender, un amor hasta el extremo, hasta la muerte, hasta la vida…

-«Al tercer día»-, había dicho…

Hay cosas que no se ven, se sienten… las más importantes no se ven, se sienten…

Hoy, el mundo está menos solo.

Muchos lo creen, otros piensan que estamos locos, ¿acaso importa?

Hay cosas que no se ven, se sienten,…

Si no crees en Él no soy quien puede hacerte creer, sólo quiero compartir contigo mi alegría, mi esperanza, porque, ahora, hasta la muerte tiene solución,…

Cuando la oscuridad parecía eterna, se hizo la luz; cuando la muerte parecía invencible, apareció la vida; cuando la intolerancia y la burla hizo acto de presencia, apareció la piedad, el perdón, apareció el Amor…

Y no importa si quieres abrir los ojos, o no, porque hoy, aunque mires para otro lado, hoy, Alfa y Omega, Principio y Fin… Hoy la Luz brilla de nuevo.

Aquí, en León, en cualquier lugar del mundo, hoy es Domingo de Resurrección.

Feliz Pascua.

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Viernes Santo

Mi mágico León: Paso de una procesión de la Semana Santa en León. De Interés Turístico Nacional.

Aquí está el Hombre

Hoy te quiero acompañar, Señor.

En el interior de cualquier iglesia, perdida en cualquier pueblo, en medio de la montaña, allá donde la soledad y el silencio son tales, que al entrar en la penumbra de aquel pequeño edificio, se eriza la piel, se encoge el estómago, y se siente…

Hoy te quiero acompañar, Señor, mirar al altar y descubrir que la llama que siempre arde junto al sagrario, ha desaparecido, porque te has ido…

Hoy el mundo está más solo que ayer, Señor…

Los oficios recuerdan que anoche, reuniste a los tuyos y celebraste una cena, compartiste lo que tenías y les abriste el corazón.

Anoche, Señor, hacía frío,… frío en el ambiente, frío en el corazón,…

Has pasado la noche en vela, Señor, hambriento, triste, abatido, solo…

Has pasado la noche de las noches esperando el mayor de los dolores, y hoy, juzgado entre envidias y sinrazones, vives un calvario que humilla los sentimientos más dulces, un calvario que te escupe, te golpea, te hiere, y te mata, Señor,…

Es Viernes Santo, Señor,… Santo porque en él, te entregas como lo hace una madre amamantando a su pequeño, como lo hace una hija cuidando de su padre enfermo, como lo hace una amiga cuando abraza a otra envuelta en lágrimas,… Desde el silencio, desde la humildad, desde el amor…

Es Viernes Santo, Señor, y en cada iglesia de cada pueblo, el oxígeno parece escaso, el corazón cabe en un puño, se reparten las últimas Formas, y llega el vacío…

Es Viernes Santo, Señor, y tu pueblo te acompaña silencioso, callado, en cada procesión, en cada paso, en cada hombro cansado que sostiene el sentimiento profundo de un amor que no se ve, pero se siente… Como el Cirineo, queremos ayudarte a llevar la Cruz.

Hoy es Viernes de Dolores, Señor, y yo, desde mi pequeñez humana, desde mis fallos y pecados, Señor, quiero acompañar tu más profunda soledad, y hacerla un poco menos profunda, un poco menos soledad.

Quiero acompañarte hasta el final, mirarte en aquella imagen y poner mis amores a tus pies, para que los bendigas, para que los protejas, para que escuches las súplicas que no soy capaz de pronunciar, pero que tú sabes escuchar.

Es Viernes Santo, Señor, y desde la sobriedad y la quietud, cada rincón de León, te rinde homenaje en un silencio y un respeto que nace del corazón.

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Siete palabras

Mi mágico León: procesión de las siete palabras

La solemnidad de un sentimiento

Siete, fueron siete.

Siete son los días de la semana, los colores del arco iris, los pecados capitales, y las vidas de un gato…

Siete, y al séptimo día descansó el Creador.

Clavado en cruz y escarnecido, sin más adorno que su propio Amor, dio el Amor su propia vida, con cada lágrima, con cada gota de sangre que resbaló por sus mejillas, por su espalda, por sus piernas…

Y disculpó la ignorancia convertida en desprecio, pues no sabían lo que hacían… Primera Palabra.

Siete, fueron siete…

Con el silencio de una procesión cargada de sentimiento, van los penitentes sobrios, callados, recordando la promesa que da el perdón, una promesa de amor sin rencor, de amor eterno… Segunda Palabra.

Pom, pom, porrommmm… pom, pom, porrommmm….

Y rompe la percusión del tambor el grito agudo de una trompeta, sigue la procesión, un nudo se aposta al final de la boca, al principio de la garganta, y no puedes hablar, callas y piensas, piensas en tanto, y en tantos…

Como el mismo Señor, desde las alturas de su madero, contemplando el Amor hecho mujer: una madre, para todos… Tercera Palabra.

Solemne, así es el paso de quien no quiere emocionarse y ya lo está, de quien no sabe si es tradición lo que practica o es más devoción de lo que el resto del año demuestra; y sin embargo ahí está, acompañando la grandeza de un sentimiento que recorre las calles de la hermosa ciudad. Acompañado, como en la vida, y sin embargo, soledad, cuántas veces se pregunta uno: «¿por qué me has abandonado?». Cuarta palabra

Unos más, otros menos, en el fondo, todos embargados por una sensación que ahoga las entrañas, que deja la boca seca, y sigues caminando, pero… tienes sed. Quinta palabra.

Quizá no sirva de mucho, quizá tan sólo sea un entretenimiento, algo curioso de ver, pero año tras año sientes el deseo de caminar de nuevo junto a aquella imagen, junto a aquel paso. Repites el camino, la procesión llega a su fin. Has hecho lo que tenías, lo que deseabas hacer. Sexta palabra.

La procesión recorrió las calles de la hermosa ciudad, las almas caminaron junto al Amor de los Amores, y al final de la peregrinación, siempre, siempre, aunque alguno lo niegue, siempre… en algún momento, se ha escapado una oración. Aquello que amas, queda encomendado al SeñorSéptima palabra.

Porque Semana Santa es mucho más que capirotes, cruces, pasos, procesiones, y tradición. Semana Santa es algo muy especial, y si todavía no lo has sentido, ve a León, descubre sus rincones y enamórate del respeto que procesa un pueblo al Amor Eterno.

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En lo remoto

Mi mágico León: Montes de Villar de Santiago, en Laciana, al noroeste de la provincia de León. León. Turismo rural. Belleza espectacular. Naturaleza.

Un lugar paradisíaco

Me encantan los lugares perdidos, aquellos que encuentras por casualidad un día cualquiera, porque todos los días son buenos para encontrar maravillas perdidas.

Me encanta salir a recorrer mundo sin la expectativa clara y concisa de lo que voy a ver. Algo bonito, seguro, muchas cosas bonitas, pero, ¿qué exactamente? Prefiero que la vida me sorprenda.

Hacer del mundo mi morada, recordar que soy uno más de esos seres maravillosos que pueblan la faz de la tierra y caminar sobre ella, y así descubrir rincones perdidos en el mapa, tan sólo señalados por un nombre que sólo provoca misterio, misterio…

Un pedacito de tierra con altos y bajos que nos da por llamar montañas, y valles, y en ellos, la mejor decoración posible, llena de sensaciones y colores que se mueven y caminan, que están vivos.

Como un tesoro escondido entre aventuras caribeñas, así es Villar de Santiago, escondido al noroeste del bello León, en la hermosa Laciana, rodeado de olvido y senderos invisibles, por los que caminan aquellos que buscan en lo remoto para encontrar lo más sublime, lo más sencillo, lo más hermoso.

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Vini, vidi, vinci

Mi mágico León: yacimiento astur-romano en Lancia, en León. León. Turismo cultural.

Se quedó y venció

El fragor de la batalla mantenía la espera en un silencio absoluto: mudo, expectante, esperanzado en unos, despreciado en otros, difícil en todos.

Cual soldados apostados frente a las puertas del hogar, las huestes de la cordura y el respeto, presentamos las armas al enemigo, un enemigo despiadado y cruel, mentiroso, soberbio, que pretendía despojar la ciudad de todo atisbo de vida, de esperanza, de recuerdos,…

Mas la perseverancia y la unión, hicieron la fuerza y frente lo inesperado, la antigua ciudad resurgió cual ave fénix, el destino dio un giro a su favor y se impuso la fortuna por encima de la corrupción y el poder económico.

Muchos son los siglos que han transcurrido desde que aquellas calles, ahora sumergidas bajo el polvo de dos milenios, fueran recorridas de arriba a abajo, muchas las toneladas de olvido sepultando la historia de la gran Lancia, pero ahora, de nuevo, con ímpetu renovado, empieza a resurgir de la tierra aquella maravillosa ciudad; la misma ciudad en la que germina la semilla que plantaron los astures hace ya tanto.

Una nueva primavera está aquí, y abriendo sus pétalos, suave, silenciosa, victoriosa… Lancia.

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Limpio

Mi mágico León: el cielo limpio y maravilloso de Villanófar. León. Turismo.

La armonía más limpia

¡Qué maravilla entrar en un sitio y verlo todo limpio!

Limpio y ordenado, aunque cada cosa con su propio orden, no todo tiene que estar colocado de la A a la Z como marca el diccionario; quizás ordenado como las ideas de un pintor, alborotadas, aparentemente salpicadas de locura, y, a su vez, llenas de la pulcritud y el equilibrio que el lienzo muestra en su estampa final.

Todo limpio, cada cosa en su sitio, de manera que, encontrar algo es tan sencillo como buscarlo donde tiene que estar y… allí está: entero, limpio, perfecto para disfrutarlo.

Qué paz se respira cuando todo está bien, cuando las cosas buenas son tan cotidianas que resultan normales.

Maravilloso…

Maravilloso como el cocido que prepara esa persona a la que tanto admiras, o las fotos que hace ese caballero; maravillosa como la carcajada de esa niña que tanto te hace sonreír con sus juegos inocentes, como las torrijas que te enseñó a hacer abuela…

Las cosas buenas se convierten en algo extremadamente… sólo se me ocurre decir feliz, porque así es como te hacen, y quizá no te das cuenta siempre de la suerte que tienes, porque, aunque a veces no te acuerdes, tienes suerte.

Suerte de poder levantarte cada mañana y disfrutar de las jugadas de la naturaleza, de los trinos de los pájaros, de las nieves cuando el frío arrecia, de los rayos de Lorenzo calentando el medio día…

Suerte de contemplar los arco iris coloreando el cielo de alegría, y las estrellas salpicar el firmamento de sueños,…

Suerte, de encontrar al Patrón de España, en cualquier pequeña ermita, en Compostela, o en Villanófar, junto al Esla, siguiendo la ruta vadiniense que los peregrinos han recorrido desde antaño con destino al templo del Santo Apóstol en tierras gallegas.

Suerte de saberte vivo, de descubrir los senderos de la existencia, y de poder escaparte, de vez en cuando, a un lugar donde la limpieza y el encanto viven en completa armonía uniendo cielo y tierra: León.

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Colores del Curueño

Mi mágico León: Castro del Condado, en la ribera del río Curueño, en la montaña oriental leonesa. Una belleza. León. Turismo rural. Naturaleza.

Colores cariñosos

El Curueño es un río, un río como tantos otros, tal vez… ¿o tal vez no?

El Curueño es la fuente que pinta de colores las casas y las calles que habitan los sueños, y donde hay un montón de ellas aparece un pueblo, un pueblo sencillo, tranquilo, y lleno de color.

A la vera del Curueño, hay un castro con condado propio, un castillo en cada casa, donde los niños y los mayores, por momentos, se sienten los reyes del mundo, de un mundo sin súbditos ni criados, de un mundo lleno de libertad y hermosura.

Entre la montaña y la ribera hay un universo de tonalidades, y se me ocurre que, tal vez, un día cualquiera, en el cruce que une el pueblo con la carretera de Santander, encuentres a doña ardilla saliendo del frondoso pinar en el que sacia su apetito, como lo hizo Fernando, en uno de esos momentos en los que disfrutar de todo sin nada se convierte en el mayor de los placeres.

Desde su balcón en la ladera de aquel monte, Castro del Condado contempla la ribera legendaria del amor hecho tragedia, la historia de Polma y Curienno, que unieron sus cuerpos hechos agua en el Porma y el Curueño.

Los lugares tienen geografía, historia, naturaleza, paisajes… o tal vez muchas más cosas que sólo el cariño puede explicar.

Estrellas, paseos, atardeceres, estampas del frío, sonidos, sensaciones, amaneceres, luciérnagas, luminosidad, leyenda, juegos, tardes de cartas y bolos, paisanas sentadas a comentar la jugada, y una pequeña patria que hechiza los corazones.

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Caminando lento

Mi mágico León: atardecer primaveral en La Bañeza, al sur de la provincia de León. Turismo rural. Naturaleza viva.

Un gran placer

A veces sólo quiero oír silencio…

Silencio salpicado de gorgojeos y colores, silencio acariciado por la brisa tenue del atardecer, silencio…

En ocasiones sólo quiero oír silencio, y sumergirme en mis pensamientos más profundos desde la superficie del mundo; contemplar suavemente, el ardiente colorido de la experiencia disfrutando del misterioso aliento de la vida, y sentir cómo la carga que apelmaza mis trapecios, se hace más ligera, y se desvanece…

Es difícil de explicar, pero, a veces, apetece olvidarse del mundo para encontrarse con él, u olvidarse de la vida que puebla la mente para encontrarse con el corazón, donde habita una vida mucho más valiente, más tranquila, más alegre… ¡más feliz!

A veces, sales a pasear y descubres, que en algún lugar del mundo sigues estando tú, sin miedos, sin temores, con sonrisas, con suspiros, con mucha paz.

De vez en cuando, paras, caminas lento, sales a contemplar y disfrutas…

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Más que mil palabras

Mi mágico León: en las alturas del Puerto de Vegarada, desfilando en las aguas del Curueño, una cascada preciosa. En la montaña oriental leonesa. León. Turismo rural. Naturaleza.

La belleza de una imagen

Me preguntaba cómo abrir las puertas del paraíso terrenal a tantos que lo buscan en playas lejanas, cargadas de arena blanca y aguas transparentes, y no sabía cómo…

Me preguntaba cómo transmitir esa magia tan espiritual que acaricia suavemente el alma, sin sobresaltos, con mucho mimo; esa magia tan tangible como la frialdad del Curueño cuando desciende de un más allá impregnado de pureza y frescura; y seguía sin encontrar la palabra exacta, el modo concreto, la manera correcta…

Y pasaron los días, y los pensamientos, y se colaron por la vista colores transformados en sensaciones, inundaron los recuerdos paisajes convertidos en sentimientos, y se obró la magia más mágica…

Más allá de los libros, hay un mundo de sonrisas, de carcajadas y buenas sensaciones…

Más allá de la televisión hay senderos que recorrer con las zapatillas puestas y la tranquilidad a flor de piel…

Allí, a la vuelta de la esquina, está el lugar de tus sueños, donde ríos y cascadas, montañas y valles, paisajes, detalles, flores, colores, animales, fantasía y realidad, se combinan para crear entrañables emociones que no se esfuman jamás.

Allí, aquí, hay una palabra cargada de felicidad para ti.

Porque una imagen vale más que mil palabras: ¡LEÓN!

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