Archive for marzo, 2013

En algún lugar

Mi mágico León: Laguna de Chozas de Arriba. León.

Sueños silenciosos

En algún lugar del Páramo, escondida en llanuras de verdores y amarillos, divisando la silueta lejana de las montañas, está la laguna de los sueños…

Cae la tarde, y con ella, el astro rey encandila un cielo hechizado por la magia del amor, ese que llena los corazones de caricias en manos entrelazadas, y llega la noche tímidamente, silenciosa, anunciada por los pequeños grillos que afinan sus instrumentos, y brillan las estrellas, como si ésta fuera a ser la última noche, la primera noche,…

En esta melodía dibuja el tiempo su sonrisa tranquila, como en la misma noche que está por venir, cuando la oscuridad dejará lucir las alegrías del mañana, y la luz del nuevo amanecer aparecerá de puntillas, enamorando los silencios que velan el sueño de los que anhelan besos, y los encuentran allá donde los sueños se hacen realidad.

En algún lugar del Páramo, ya se intuyen los aromas del Órbigo, y las calles largas conducen a la plaza, a la fuente, y aparece Chozas de Arriba, que guarda, celoso, el tesoro de sus aguas serenas, y los sauces y mimbreras contemplan cómo la vida hace morada en ellas, así, así es el Estanque, vestido de aves de colores, de aquí y allá.

Despierta, estoy despierta, la piel se eriza, el alma se estremece, se siente la paz tierna del cariño, y pienso…

Pienso que en algún lugar del Páramo, escondida en un mundo de ninfas, hadas y duendes, escondida en un mundo de fantasía y realidad, está la Laguna de Chozas, sus silencios, sus secretos, y la sensación maravillosa de quien tiene un tesoro.

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Camino del Campón

Mi mágico León: Camino del Campón, Barrillos de Curueño, restos del antiguo ramal de la cañada real.

Sonriendo

Caminar por el mundo y siempre regresar, regresar a las cumbres nevadas, a los cielos azules, a los campos llenos de vida, a la tierra llena de fertilidad y encontrar las huellas invisibles de una historia de más de mil años, en la que figuran senderos de la antigua Vadinia, semilla de los antiguos pobladores celtas de una tierra que continúa siendo tan salvaje como entonces, a ratos relajada en los arados y las cosechas, en los rebaños y sus pastores, pero siempre salvaje, como los aromas a romero y orégano que llenan el aire de vez en cuando.

Disfrutar de un largo paseo en bicicleta cuando el paisaje transmite paz, la tan añorada paz, y el turismo ha dejado de serlo para convertirse en una parte más de la vida, de esa vida que no sería la misma sin esas escapadas al pueblo, a ese pequeño rincón que atesora sensaciones desde que el mundo es mundo.

Se me ocurre que cada lugar tiene su magia, y una mañana de invierno, cuando las nieves han concedido una tregua y el sol resplandece sobre los campos que anuncian primavera, apetece dejarse llevar por los senderos del alma y recorrer la antigua cañada real, Camino del Campón, y ni siquiera pensar en problemas e historias, solo sentir el suave frescor sonrojar las mejillas y sonreír, mientras las nubes salpican el cielo, y las buenas sensaciones, el corazón de Barrillos.

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Rebelde

Mi mágico León: hayedo en Prioro. Turismo de nieve. Turismo rural. León.

De ensueño

Hoy me siento rebelde, como la hierba que crece aunque haya sido segada, rebelde.

Estoy absorta en pensamientos y racionalizaciones que me tienen harta, porque a veces la realidad es difícil, cierto, pero entonces, ¿qué hacemos? ¿nos rendimos?

A veces caigo, cierto, y como si de una biografía se tratase, relato lo que te sucede a ti también, porque en invierno hace frío, ¿verdad? y, a veces, hasta parece que hay corazones que también se hielan, ¿será así?

Hay corazones helados, ciertamente los hay, y también hay corazones ardientes, llenos de energía, de entusiasmo y de ganas de seguir demostrando que se puede, que no hay mayor derrota que la de aquel que se rinde sin haber empezado.

León tiene una magia singular, no en vano, este rincón se llama Mi mágico León, y no es casualidad que ése sea su nombre, pues las sensaciones y los paisajes que de él se derivan son tan mágicos, que no hace falta acudir a los libros para dejar volar la imaginación y pensar cómo sería el mundo si todos fuéramos más justos, menos egoístas, mejores personas.

León es mágico, tanto, que en sus valles profundos se esconden ciudades de madera y fantasías, hayedos de ensueño en los que la nieve virgen recrea recuerdos de otros siglos, y viajas en el tiempo, y hasta parece que se escucha la voz de alguna conciencia que te habla desde el invisible más cercano de quienes nunca se irán.

Rebelde, muy rebelde, para demostrar que León es de todos aquellos que aman sus siluetas, hayan o no nacido en sus lares, pues la semilla de un amor germina en los corazones enamorados de una tierra, tan bonita, que brilla con luz propia.

Y en esta tierra, hacia aquella luz, camino, rodeada de eternidad, por la montaña, por el hayedo, en Prioro

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Desaparecer

Mi mágico León: Puerto de Vegarada. León. Turismo natural. Turismo rural. Turismo de nieve.

Respirando libertad

Desaparecer en un mundo de felicidad mullida en silencios con sabor a frío limpio, joven, renovado, transparente…

Envolverse en las nieves que Vegarada conserva como los recuerdos queridos de aquella niñez de padres y abuelos, en la que eras aquel pitufo, aquella muñeca llena de ocurrencias inocentes y aventureras, ¡así se conservan la nieve y sus estampas!

Alejada del ruido lleno de números y estadísticas, de ordenadores, fogones, sartenes y estropajos; alejada del estrés y el cansancio que se lleva la alegría pícara y sonriente de los buenos ratos, está la blancura bella de esa dama de porcelana que muchos contemplamos atónitos, alucinando ante la suavidad de sus copos cubriendo las preocupaciones del alma, alejando los refunfuños de aquellos que no entienden nada, que no escuchan, que se amargan a ratos la existencia.

Desaparecer entre la maravilla nevada del paisaje leonés y pensar… pensar en antes y ahora, pensar en lo que vendrá, que será bueno, seguro, solo hay que desearlo con todo el alma, cambiar el ceño fruncido por una sonrisa en los labios, y… es tan fácil…

Allá arriba, tan cerca del cielo, tan cerca de la eternidad, tan cerca de los sueños hechos realidad y tan libre…

Vegarada, mi bello puerto de montaña, la cuna del chispeante Curueño, el Monte Parnaso de tantos leoneses de nacimiento y corazón, un monte perdido en la grandeza maravillosa de las estaciones, de los colores, de las fantasías de aquella niñez que nunca se fue del todo, porque aquel pitufo, aquella muñeca graciosa, sigue en ti.

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Leyenda viva

Mi mágico León: Oliegos, pantano de Villameca en La Cepeda. León.

Leyenda viva

Años y años pasaron desde aquel noviembre, allá por mediados del siglo pasado. Días y días de olvido, sepultando jornadas de labor, de sudores y lágrimas, de vivencias almacenadas entre alegrías y penas, donde la vida era dura y pura, donde costaba respirar aromas de libertad y, entre animales y plantas, se sentía que el dolor forma parte de la salud haciendo uso de su fuerza ante un nuevo nacimiento.

Meses  y meses llenos de humedad, soterrando las experiencias de Oliegos bajo las aguas de un pantano edificado a la fuerza, con la ayuda del poder putrefacto de ejércitos de injusticia y soberbia, mas la libertad del corazón jamás permanece cautiva, y la perseverancia marca el sino del que ama, porque en el verbo amar está escondido el sustantivo lucha.

En el tren de los momentos dolorosos subieron más de un centenar, subieron a sus treinta vagones parados en Porqueros, destino a Foncastín, exiliando su rugido leonés a tierras vallisoletanas.

Atrás, escondido en un tiempo de tierras fértiles, de prados de regadío y secano, de ferreñales, de centeno, de colmenas y vacas, caballos, yeguas, cerdos, cabras… Atrás quedaron los olores a grano molido, a cerveza y a taberna de pueblo, de la Cepeda, de los de antes…

Atrás quedaron sus formas, adelante sus intuiciones, sus melancolías, sus recuerdos, su leyenda, la que no se olvida, la que la historia engrandece, bajo las aguas brillantes, bajo el pantano de Villameca, de vez en cuando asomando al aire, sobre la siluetas eternas de Oliegos

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Los confines de la magia

Mi mágico León: camino a La Portilla desde Herreros de Jamuz. La Bañeza. León.

Nana nevada

Caminar por los caminos de la vida, y descubrirte acompañando el anonimato que marca la gran historia del mañana, aquella que marca el pasado y el presente de los que recorremos los senderos de esta tierra fértil y sabia, que marcará el de los que contemplarán en sus corazones las voces de sus seres más queridos, recordando historias de cuando eran niños, de cuando eran mozos, mozas, y aquellos sonreirán como sonreímos nosotros ahora, alimentados por ese algo indescriptible que te hace sentir especial, único, única, diferente a los que no conocen los secretos callados del rocío de la mañana, convertido en escarcha una gélida noche de invierno.

Caminar lentamente, sin prisa, como si el tiempo no pasara, como si no hubiera nada que hacer, nada que temer, como si el mundo siempre hubiera sido mundo y siempre fuera a serlo…

Caminar por los llanos, por la planicie interminable, rodeada por campos y más campos que te acercan al infinito, sin sobresaltos, como una nana de cuna, como si el verdor primaveral estuviera sumido en el letargo invernal, como un niño acunado en los sueños de su madre, de su protectora, de su todo.

Caminar y descubrir que en la vida no son todo montañas y cascadas, cuevas y valles profundos, también hay lugares a la vera de la tranquilidad, donde el remanso de paz envuelve, con su placidez, las preocupaciones del ser humano, y las vuelve tan volátiles como una gota de lluvia, como un copo de nieve; también hay lugares tan desapercibidos que las palabras «La Bañeza» parecen desentonar con la imagen que los acompaña, pero una tarde temprana de invierno, a la hora del almuerzo, la mente vuela en la serenidad hecha paisaje y los pies te acercan a tus adentros, y camino al monte, camino a La Portilla, los pasos te conducen donde los problemas ya no existen, mientras Herreros de Jamuz queda atrás, satisfecho, feliz, observando, a otro pasajero del tren de los sueños adentrarse en los confines de la magia…

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