Misiones secretas

Mi mágico León: paseando con Melquiades por la Vega de Cifuentes de Rueda. León. Turismo rural.
Patrullando los campos

Hoy te voy a hablar de un señor muy señor, de esos de vida sencilla y elegancia callada, de alma de pueblo y aspecto de señorito recorriendo la ciudad.

Hoy te voy a hablar de un lugar repleto de fuentes escondidas, de la Morata y el Caño, la Fragua y Peralinas, Cantarranas, la Cuba, Valcaliente, Fuente Moreno y hasta la fuente del tío Abercio, un lugar salpicado de regueros, rico en agua limpia, cristalina, salvaje y viva, muy viva, poblada de zapateros y truchas, porque el Esla no anda lejos.

Entre martillos y púas, conejos, pollos, calabazas, pimientos y tomates, pasa los días de verano regando su huerta y cuidando sus animales, esperando que llegue la nieta, y la hija, claro, pero la nieta, su nieta dulce y traviesa, la que madruga a la hora del Angelus cuando hay fiestas en tierras de Rueda y sale a patrullar las calles cuando la siesta hace acto de presencia.

Hoy te voy a hablar de endrinos y moras, de trillos y heminas, de historias de antaño, peras al vino y madreñas, vinos, mostos y tapas.

Hoy te voy a hablar de vacaciones en el pueblo, de recolocar emociones llenas de alegría y seriedad, sí, también seriedad cuando hace falta; hoy te voy a hablar de personas queridas y risas a cualquier hora, de perritas corriendo a recibirte cuando te ven entrar en casa, de comilonas cualquier día, y el día de la fiesta, por supuesto, el día de la fiesta también.

Y una tarde de viernes, cuando el cielo se viste de colores, vamos al rescate de las guadañas, a disfrutar de los chopos y el peral, los guindos y nogales, el manzano, la cocina de horno, la leña y el carro, el adobe y los recuerdos de mañanas haciendo colonias subidas sobre el montón de tozas, aguardando la lumbre del invierno, recuerdos de niños y no tan niños compartiendo en familia, cuando los abuelos estaban en su casa y se fraguaba Mi Mágico León entre las colmenas del abuelo y la torta que compraba abuela.

Una tarde de viernes, cumplimos la misión que nos aguardaba, secreta para quien no la sabía.

Y fuimos y volvimos por la Vega, charlando entre amigos, visitando las tierras, herencia maravillosa a la que aferrarse con el mayor de los orgullos. Tierras trabajadas a base de sudor y esfuerzo, de siestas bajo el carro y trozos de hogaza acompañados.

Hoy te voy a hablar del pueblo, de mi pueblo, hoy te voy a hablar de Cifuentes y su buena gente, porque de la mala, ni una letra.

Hoy te voy a hablar del cariño y la alegría de sentirse en casa, de acogidas amables y visitantes bienvenidas.

Y aunque no diga nada, lo digo todo, porque no hacen falta palabras, cuando los abrazos son sinceros y las miradas honestas.

9 respuestas so far »

  1. 1

    Patrichueck said,

    Al compañero de Vea, las compañeras de Terry, los chicos de las Quinielas, la dama de Garfín y mi ucraniana favorita.

  2. 2

    CAMINO said,

    No se si todas las personas que leen tus escritos sentiran lo mismo…pero es que en cada frase me veo reflejada y pienso como podría hacer para que mis nietos sintieran lo.mismo. Puedes ayudarme? Un abrazo y gracias

  3. 6

    […] de mi vida y se quedó por siempre, impregnando mi vivir con ese aire a campo que se respira en Cifuentes, en Cifuentes de […]

  4. 7

    Lorenzo said,

    Buenas hace unos años, visitaste la dehesa el plumar estando yo trabajando. Podrías pasarme esas fotos? Gracias

  5. 9

    […] dejo de pensar en ti y, al fin, vuelvo al lugar de la magia y el sosiego, de los pensamientos al aire y el frescor de la mañana acariciando la suavidad de mi tez recién […]


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