Paciencia es lo que hace falta para conseguir lo que uno quiere, paciencia y perseverancia.
Paciencia como las montañas, que quieren ser las más bellas, las más elegantes, las más sencillamente espectaculares, y lo son, así, calladinas, sin hacer demasiado ruido, dejándose acariciar por el viento y las nieves, permitiendo que el hielo se deslice por los poros de su piel e impregne su frialdad con la pasión que resguardan en su interior, ¿acaso no lo ves? Tan hermosas, tan ancianas, tan eternamente jóvenes, el tiempo es tan relativo…
Perseverancia como el que no se rinde, el que lucha por conseguir lo que desea: una casa, un trabajo, una sonrisa, el guiño de una estrella… porque nada es imposible, ¿acaso lo dudas?
Paciencia, perseverancia y mucho amor en lo que haces, en quien eres, en cómo enfrentas el frío y el calor, las ventiscas, tormentas y aquellas sobremesas de verano en las que el sol parece querer fundir la tierra que habitamos…
Lucha por lo que deseas, analiza, encuentra soluciones, date un respiro de vez en cuando y ¡vuelve a la carga! No cedas ante los infortunios de la vida: ¿que un trabajo no es tuyo?, ¡otro será!, ¿qué se te quemó la tortilla? quita la parte negra y ¡dale un buen mordisco al resto! mmmm ¡qué rica! Y si algo parece insalvable, si una preocupación enorme te asedia, no la ignores, no la olvides, pero sobre todo, no desesperes, haz como las montañas, haz como Riaño y espera, porque donde ahora hay un pantano, algún día volverá a haber un valle, un río, hórreos, casas y mil sueños que cumplir.
Espera, como las montañas, no decaigas, y sonríe: estás más guapo, estás más guapa…
¡FELIZ 2012!