En lo profundo

Mi mágico León: tierras de labor en Cifuentes de Rueda. León. Mi mágico León. Turismo rural.
Rincones diáfanos

En mí, estás en mí, en lo profundo de mi alma, en cada poro de mi piel, en mis pensamientos y mi cariño, ahí estás.

En mí estás, en la sonrisa que dibuja mi cara cuando miro una fotografía que plasma alguno de tus rincones, de esos rincones a plena luz que forman parte de ese paisaje tan vivo, tan lleno de vida, de intensidad e inmensidad…. envolviendo un pueblo tan pequeño y tan lleno de magia que, sin él, no habría Mi mágico León.

En mí, estás en mí, en mi pasado y en mi presente, estás en los perales y los nogales, en los guindos, el manzano y los ciruelos, allí estás, en esas nuevas amistades que aparecieron cuando no las esperaba y… ¡sorpresa! Gente maja, sin duda, gente que se brinda a echar una mano y… Da alegría: igual que hay gente mala, también hay gente buena, muy buena.

Despertar con el canto de los pajarillos, alborotando las ramas cargadas de flores de los frutales en primavera, persiguiéndose unos a otros en bailes al son de su propio cantar, mecidos por la brisa suave de la mañana, bañados por los primeros rayos de sol.

Despertar con el frescor de la mañana mitigando esa aspereza fría de la noche, que se resiste a abandonar el invierno, con la chaquetilla al salir al corral, que siempre será el corral, aunque ahora no haya gallinas acudiendo al son de «pitas, pitas…»

En mí, Cifuentes, estás en mí, y en mis paseos a la luz del atardecer, en mis reflexiones trascendentales y en el tiempo volando en el aroma de los momentos de sosiego y tranquilidad.

Estás en mí, querido amor, estáis en mí, queridos amores… en esas sensaciones tristes llenas de melancolía que gritan «¡Te echo de menos!», en el silencio de las lágrimas escondidas, que no salen, porque se han enamorado del cariño clavado en el alma, y prefieren que brillen otras lágrimas, las de la alegría de saberse bien, porque las tormentas nunca son eternas y, al final, siempre llega la calma.

Estás en mí, en esa intensidad tan intensa que brilla en la más oscura de las negritudes, en esa estima tan dulce que el paso del tiempo no borra, en las voces de niños y niñas recorriendo las calles, en el timbre de la voz de los míos, en las tierras de Rueda, en las aguas del Esla y el Curueño, en las huertas y los canales, en Cifuentes de Rueda y mi gente.

Estás en mí, estás allí, donde la magia confabula con la suerte y los imposibles, siempre, siempre, terminan siendo posibles.

¿Dónde? En el embrujo de mi mágico León, ahí estás.

2 respuestas so far »

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    […] tierras cazurras hasta tierras charras, hay un lazo rojo que algunos sienten pero la mayoría no ve. Magia se […]

  2. 2

    […] Fortaleza que cobija la felicidad de quien siempre te encuentra aquí: en Mi mágico León. […]


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