Observar el tiempo pasar de puntillas por la vida sin que ésta se inmute, es lo que se puede hacer en la ribera del río Esla.
Pasan los años y todo sigue igual, todo a excepción del propio ser humano, que modifica el paisaje a su antojo, por suerte, las modificaciones son tan inofensivas que la tradición no se ve maltrecha por la modernidad, y eso, eso también se ve en Gradefes.
Gradefes tiene un monasterio que empezó a ser construido en plena Baja Edad Media, en el siglo XII, y como no podía ser menos, también cuenta con una iglesia a la que pudiera acudir el pueblo llano; es pequeñita, pero tiene una torre con dos campanas que coronan los nidos de cigüeña, que cada temporada repiten el mismo ritual, año tras año, cuando procedentes de África cruzan el mar y llegan hasta allí.
Lo que más me ha gustado siempre de Gradefes es el puente que cruza el río. Es un puente de principios del siglo XX, y a lado y lado se puede disfrutar del discurrir del río Esla.
Dejar el pueblo a mi espalda y caminar en dirección a Sahechores… y sentir la suave brisa acariciando mi piel… y sobre el margen derecho, el Bar del Río, que tantas charlas y risas ha escuchado, y algún pescador intentando que el anzuelo que puso al final de su sedal, se haga con el tesoro más preciado: una buena trucha; y a la derecha del bar, el corro de aluches, en el que, como marca la tradición, cada año, el último fin de semana de julio, se celebran los corros de lucha leonesa, uno de los deportes más antiguos del continente europeo; y un poco más allá, el campo de fútbol.
Al otro lado del puente, se ve el río descender desde las montañas que lo vieron nacer, y el agua transparente y limpia permite ver el fondo lleno de cantos, y a la izquierda, unas mesas y bancos de piedra acompañados por unas barbacoas en las que poder disfrutar de un buen rato en compañía.
Podría pasarme horas contemplando el paisaje, pero la tarde va cayendo y empieza a refrescar, así que vuelvo a mi cuartel general, y como tantas otras tardes, al llegar a Cifuentes, voy paseando hasta el barrio de abajo, llego hasta el depósito y desde allí veo el sol esconderse tras las colinas, con el camino de Valdealiso a sus pies.
Hasta mañana, Lorenzo.
Valeria said,
diciembre 9, 2009 @ 4:38 am
Quiero sentarme a la orilla del río y dejarme llevar por mis pensamientos. ¿Cuándo me llevas, amiga mia?
P.S. Me gusta el nuevo layout de tu blog!!!!
patrichueck said,
diciembre 9, 2009 @ 9:27 am
La próxima vez que vaya vienes conmigo, ¿quieres? además, este año se inauguró El Aula de Interpretación del Río Esla. Esta exposición permanente se centra en la flora y la fauna propias del río y todo lo que de él se deriva a nivel ecológico; también añade una pequeña referencia a las poblaciones y arquitectura popular relacionadas con el río, por ejemplo, los molinos.
Carlos said,
diciembre 9, 2009 @ 2:36 pm
Ese puente situado en la carretera de Gradefes a Herreros de Rueda, pasando por La Alegría, donde se cruza con la nacional que une León con Santander…
Victoria said,
diciembre 9, 2009 @ 6:29 pm
Yo quiero ir a ese pueblo!!! no estado nunca y me gustaria ir!!!
Miguel said,
diciembre 9, 2009 @ 6:34 pm
Parece que esta chulo el sitio pero: ¿hay sitios para salir de fiesta? me han hablado de un sitio que se llama Valdevimbre y también de Casasola.
patrichueck said,
febrero 23, 2010 @ 5:46 pm
El último fin de semana de julio son las fiestas del veraneante de Gradefes. Te las recomiendo, suele haber bastante ambiente.
patrichueck said,
febrero 23, 2010 @ 5:54 pm
Quiero dedicar unas palabras de agradecimiento a Saray Ubón Burón que se tomó la molestia de ir expresamente a fotografiar el río Esla a su paso por Gradefes.
Gracias por todo, Saray.
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