Escucho… escucho el viento acariciar con suavidad la ribera del río Esla, y convertirse en brisa…
Una brisa que refresca los campos que se extienden enderredor; se mueven las hojas de los chopos, y parece que el paisaje y las gentes hayan sido siempre los mismos.
¡Qué tranquilidad! se respira tranquilidad… y no puedo menos que sonreír y pensar que, aquí, allí, los amores son eternos, los atardeceres inolvidables, los monumentos ancestrales y la naturaleza asombrosamente auténtica.
El antiguo Astura desciende desde muy arriba y continúa siendo tan increíblemente hermoso, que parece una pintura, pero no lo es.
El antiguo Astura, a cuya vera se han asentado pueblos desde antiguo, casi desde que la vida es vida, y si el Astura hablara…
Si el Esla hablara nos diría que es el Astura que hace dos milenios separaba cántabros de astures, y contaría, con su habitual poderío, las batallas que vio librar en las montañas que recorre, en las calzadas que oyó construir cuando la pólvora no era, siquiera, una fantasía…
El Esla habla como lo hace el viento, como lo hacen los chopos, como lo hace Peña Corada y las montañas que lo vieron nacer… todos hablan callados, conservando la historia de aquellos que poblaron sus lugares hace ya tanto, que la mente no puede recordarlo…
Y por eso están ahí, escondidos de la multitud, huidizos ante el desarraigo y la falta de respeto, ante la dejadez y la desidia, vestigios de otros tiempos que continúan apareciendo en el presente, lápidas vadinienses, pedazos de la imponente calzada romana…
¿Lápidas vadinienses? Vadinienses de la mítica Vadinia…
¿Calzada romana? Construida para perdurar, para unir gentes de uno y otro lugar del Imperio, del Gran Imperio que la Antigüedad conoció…
Y ahora, no hay Imperio Romano, ni centuriones, esclavos, patricios o plebeyos… pero la calzada sigue estando ahí para unir gentes de aquí y allá, y…
¿Sabes qué? ahora une otra cosa, ahora une pasado y presente, nos une a ti y a mí con aquellos tiempos de imperios, conquistadores y conquistados, nos une con toda la historia que vemos en las películas, pero aquí, allí, en Peña Corada, la historia no es una película, no está protagonizada por actores.
En aquella hermosa montaña, las piedras que forman la antigua calzada, son las protagonistas de la historia, y todavía, si te acercas a Cistierna, descubrirás, que todos los caminos llevan a Roma.
Patrichueck said,
agosto 29, 2010 @ 6:19 pm
Mi agradecimiento a Siro Sanz García, que tuvo la gentileza de atenderme personalmente en Cistierna.
La hermosa fotografía que ilustra el relato, refleja sólo una parte de la maravillosa calzada que dejaron los romanos a su paso por la montaña oriental leonesa.
Gracias por todo, Siro.
ANA RODRIGUEZ said,
agosto 29, 2010 @ 6:27 pm
ME ENCANTA
Patrichueck said,
agosto 29, 2010 @ 6:38 pm
Me alegro, Ana.
Fausto said,
agosto 29, 2010 @ 6:45 pm
Me encanta Patri, sigue que llegarás lejos.
Gracias por compartirlo conmigo.
Fausto
Valeria said,
agosto 29, 2010 @ 9:53 pm
«¡Qué tranquilidad! se respira tranquilidad… y no puedo menos que sonreír y pensar que, aquí, allí, los amores son eternos, los atardeceres inolvidables, los monumentos ancestrales y la naturaleza asombrosamente auténtica.» Amiga mía, me encanta esta frase. Es asombroso el río de palabras que llevas dentro.
teresaypedro said,
agosto 29, 2010 @ 10:22 pm
La semana pasada he paseado por la Calzada Romana en Valdoré. Necesita un poco de atención, (limpieza) al menos en la parte que yo visité. Gracias Patri, por la promoción.
BERNARDO BECARES said,
agosto 31, 2010 @ 2:31 pm
Maravilloso relato, no te canses nunca de escribir, para deleitarnos con esas historias tan bonitas, muchos ánimos.
Carlos R said,
febrero 1, 2011 @ 8:47 am
Error. La foto que se publica no es Cistierna, sino un paraje llamado «el pajar del diablo» que se encuentra entre Valdore y Cremenes (a 10 Km. de Cistierna).Tambien estos pequeños pueblos necesitan su publicidad (aunque pequeños existen) y que no la absorban otros que ya de por si la tienen. Gracias
Patrichueck said,
septiembre 13, 2011 @ 6:09 pm
Si es así, gracias por comunicarlo, Carlos.
Ahí | Mi mágico León Blog said,
marzo 18, 2014 @ 10:51 pm
[…] y solo se me ocurre recorrerte, León, y descubrir el Hoyón allá por tierras de Cistierna, con esa buena persona; solo se me ocurre abrir los pulmones, abrir el alma, respirar profundo, […]
Cruzadas del tiempo | Mi mágico León Blog said,
abril 1, 2014 @ 11:23 pm
[…] del Esla y su preciosa ribera cargada de secretos a la luz de sus aguas, y llega Cistierna y su calzada romana, y nos adelanta una bicicleta, dos, tres… y desde el oeste llegan aromas a tradición minera, […]
Pequeñas cosas | Mi mágico León Blog said,
abril 9, 2020 @ 12:09 pm
[…] divisando un paisaje lleno de recuerdos e ilusiones, aparece un horizonte gris y blanco, salpicando Peña Corada con las nubes de ese cielo […]