Si tuviera que definir León en una sola palabra… ¿cuál eligiría?
Si tuviera que definir León en una sola palabra me perdería en infinidad de connotaciones con las que llenar de pinceladas la estampa que exprese tal amalgama de sensaciones, colores y razones.
Si tuviera que explicarte lo que es León, no lo haría, creo que no hay mejor explicación que un vuelco en el estómago al descubrir una pequeña cascada donde menos la esperas.
¿Cómo explicar algo tan especial? Es especial como ese arco iris que cruza el cielo tras unas gotas de lluvia, y que, aunque haga frío, te hace sentir un calorcillo especial, te hace sonreír… al menos por dentro, ¡no lo niegues que no me lo creo!
Una sola palabra, sólo una: tradición, historia, sorpresas, silencios…
La piel de gallina…
Tu mirada, mi mirada… aquello que sólo compartes con la otra mirada, y no hacen falta palabras, ni compromisos sellados,… una estrella cruzando un firmamento estrellado.
Un paseo por un atardecer, una mañana descubriendo la luz en el interior…
Magia…
Dicen que las catedrales se hicieron tan inmensas para recordar la grandeza de un Dios repleto de Amor, Justicia y Perdón, y al contemplar la belleza, precisión y el esmero de tan excelsa obra de arte y devoción, no es difícil desear descubrir cada uno de sus rincones, poco a poco…
Descubrir recorriendo el Camino de Santiago, con destino a la tumba del Apóstol Santo…
Descubrir en silencio, despacio, como se deshoja una margarita,… descubrir los magníficos detalles de cada pétalo, de cada vidriera, descubrir la joya del gótico: La Pulchra Leonina.